¡Eh! ¡Llegó la hora!

Estaba nervioso, más nervioso que nunca. Quizás era porque aquel mismo día recibiría su primer pokémon... iba algo tarde sí, ya que la edad la superaba por dos años, siempre había tenido dudas ya que estaba muy pegado a su madre y le costaba imaginarse la idea de irse de aventuras y llevar a cabo su equipo Seuta sin pokémon alguno ya que la organización estaba creciendo. El rubio tenía una piruleta en la boca que lamía furiosamente para tranquilizarse, llevaba más de media hora en la entrada del laboratorio dando vueltas como un imbécil sin atreverse a entrar.

Se armó de valor, hizo tripas de corazón y empujado por el pensamiento de su mejor amigo entró, siempre le había tenido admiración a Evren por tener asegurados pokemons propios y por esa seguridad que parecía tener a todas horas y que acunaba al rubio. Bufó, estaba ligeramente ruborizado de los nervios que tenía desde hace unos días, su madre le había apoyado en todo momento y fue ella quien le dijo esa misma mañana que fuera a por su primer pokémon.

''Primer Pokémon'', estás dos palabras le resultaban raras de por si, Christopher era un impulsivo, desordenado e impaciente... ¿estaría bien si se iba él solo por el mundo? si él mismo fuese su propia madre, no le dejaría, y encima odiaba la idea de tener que separarse de Evren, había estado toda su infancia con él desde que sin querer le dejó tuerto y fue a verlo al hospital. En un intento de calmarse, pasó la mano por su nuca donde tenía el tatuaje y empezó a morder el palo que quedó de la piruleta. Miraba a todas partes, como queriendo hacerse invisible allí mismo. Pese que era de naturaleza extrovertida los laboratorios le intimidaban.

Después de la llegada de tantos entrenadores, y la pérdida del mismo número de Pokémon raros, esos irrespetuosos científicos me pidieron a mí, su jefe, que tirara la basura al contenedor de fuera el laboratorio.

-A final de mes habrá bajadas de sueldo para parar un carro… – murmuré, mientras salía del laboratorio por la puerta que daba al exterior. – ¿Eh?

Vi a un chico que daba vueltas delante de la puerta, y a decir verdad, me molestó que ni se diera cuenta de que había salido hasta que no me acerqué a él.

-Oye, chico, espero por tu bien que no seas un terrorista que viene a cargarse mi laboratorio, porque de ser así, me enfadaré. – dije, algo molesto por la actitud extraña del joven de la piruleta en la boca. – Y si vienes a pedir Pokémon, entra de una vez, que estoy ocupado como puedes ver.

El rubio dio un respingo, sonrojandose violentamente ante la inesperada aparición del profesor Rohan, el rojo que ahora adornaba su cara había hecho desaparecer todas las pecas de su cara. Incluso se le había caído el palo de la boca del susto que se había metido, odiaba que cuando estaba distraído fuera tan fácil de asustar, se sentía como un idiota.

-A-a-ah...- puso una mano sobre su barriga y esperó unos segundos para recuperarse, cuando sus fuerzas tornaron alzó la cabeza, mirando al profesor.-Sí, soy uno de los peores terroristas que conocerás.- el ojiverde bromeaba cruzándose de brazos con más seguridad.-Vengo a por mi primer.. pokémon.- tragó saliva al pronunciar la última palabra.

Le costaba pensar que al fin había podido hablar con el profesor Rohan, aunque el tono rojizo de su piel ya se había desvanecido y volvía a su palidez por excelencia. Tenía las manos metidas en los bolsillos y miraba fijamente al hombre con gafas, esperando su palabra.

Por lo visto, había sorprendido al joven, y cuando este se recuperó del susto, me contestó, y yo dije a continuación.

-En ese caso, espera un momento. – dije, dirigiéndome hacia el contenedor que había cerca de la pared del laboratorio, y tirando ahí la bolsa de basura que llevaba. – Bien, sígueme.

Volví junto a la puerta principal, haciendo una señal al chico para que me siguiera, y abrí la entrada para que los dos pudiéramos acceder al edificio.

-¿Sabes que Pokémon quieres? Si es así, dímelo y te llevaré a la sala correspondiente. – dije, situándome en su sitio los lentes y suspirando, una vez dentro del laboratorio.