Que esto empiece ya!

El dia era tormentoso, con lluvia y un fuerte viento que apenas dejaba avanzar. Pero tenia que llegar al laboratorio pues habia quedado con el profesor en que hoy recibiria mi primer pokemon. Era el sueño de cualquier niño del mundo y el mio tambien, por supuesto. Aprete el paso para llegar lo antes posible, y cuando alcance la puerta del laboratorio solte un suspiro de alivio, no era muy tarde todavia.
Llame a la puerta pero no contesto nadie, asi que la abri y asome un poco la cabeza por el hueco.
Esto... ¿Profesor?... ¿Esta aqui?- Pregunte con cierta timidez y en voz no demasiado alta.

Y otra vez, tuve que interrumpir mis investigaciones para acudir a la llamada de un nuevo entrenador.

-Sí, estoy aquí. – dije, apareciendo desde detrás de una máquina, la cual había estado usando antes de ser llamado por el chico del gorro blanco. – ¿Y tú eres?

Tras la pregunta para saber la identidad del joven, me senté encima del borde de la máquina, y esta comenzó a vibrar levemente, sin más efecto que expulsar un par de tostadas que cogí al vuelo.

Esto...siento molestarle... Soy Kazu, y habia quedado con usted para que me diera un pokemon-Dije sin poder ocultar mi nerviosismo.
Observe la habitacion y la cantidad de maquinas y objetos extraños que habia en ella. Algunas de ellas no daban buena espina, por lo que decidi no tocar nada.
Me gustaria tener un geodude macho, por favor- Dije intentando aparentar seguridad

Parecía que el joven Kazu estaba nervioso, y yo también lo estaría de encontrarme a pocos pasos de conseguir a mi primer Pokémon, y ya no recordaba de cuando fue mi turno, hará ya unos siete años.

-Sí, lo sé, eres uno de los nuevos entrenadores que quieren a su primer Pokémon. – dije, situándome bien los lentes y girándome, para luego dirigirme hacia la puerta cuyo pasillo situado detrás conducía hasta las salas de los Pokémon. – Un Geodude macho, está bien, sígueme.

Ya estaba hecho, iba a recibir mi primer pokemon en unos breves instantes, ya no tenia de que preocuparme. Respire hondo un par de veces para calmarme y segui al profesor con paso seguro.

Hubiese preferido un pokemon bicho, pero para empezar son complicados, ya atraparia alguno cuando empezase mi viaje.

Un golem... sera genial- Susurre imaginandome el pokemon en el que se convertiria mi primer compañero cuando consiguiese evolucionarle.

Esto me insuflo nuevas fuerzas y entre en la sala donde estaba el profesor esperandome.

Mientras caminaba, miré de reojo al chico que me seguía, y esbocé una sonrisa. Qué ganas ya, no solo de empezar, sino casi de terminar. Estos jóvenes tienen una energía... ¿espera, jóvenes? ...quizás sí que me esté haciendo viejo ya.

- No tan rápido - le comenté -, aún tienes mucho que andar antes de conseguir un Golem.

Dicho esto le di paso a la sala donde estaban los Geodude. Era una estancia llena de piedras, grandes, pequeñas, piedras por todas partes. Y ni rastro de los pokémon. Por supuesto, estaban entre el resto de piedras.

- Busca al que quieras. Pero comprueba si es una roca o un pokémon antes de llevártelo.

Me quede impactado al entrar en aquella habtitacion, ¿donde estaban los pokemons?
Solo era capaz de ver piedras, piedras y mas piedras, grandes y pequeñas, algunas con un cierto parecido a un Geodude pero que resultaban ser piedras.
Mientras caminaba entre las rocas me pare frente a unas cuantas que estaban alli apiladas. La de la cima era extraña, y eso llamo mi atencion.
Para observarla mejor fui acercandome poco a poco, y cuando mi cara estaba a un palmo de la piedra, esta abrio los ojos.

-Hiiiiii-Grite de la sorpresa y el susto al encontrar el pokemon.
El parecia divertido con mi reaccion pues daba botes a mi alrededor y agitaba sus brazos.
-¿Te ha resultado gracioso?-Pregunte al pokemon al tiempo que este centraba su mirada solo en mi -¿Quieres venir conmigo?

Los saltos y golpes que daba Geodude me hicieron pensar que era un si, ademas cuando me dirigia al Profesor para decirle mi decision el Geodude me seguia.
-Profesor, quiero este-Dije con la mayor sonrisa que recuerdo