Y todo comienza...

Tema: Y todo comienza... Sáb Nov 27, 2010 7:17 am

Aquella mañana había sido soleada y los ánimos de la adolescente no podían estar más alborotados. Las corridas habían comenzado desde que su despertador comenzó a chillar de modo irritante a las ocho de la mañana. Desde entonces los preparativos se acumulaban en su lista y poco a poco eran eliminados. ¿Morral? Hecho. ¿Con qué? Algunas hierbas, ropa, bolsa de dormir, abrigo, chacharros pequeños para cocinar lo que pudiese cazar de ser necesario acampar, entre otras cosas. Como herramientas para reparaciones y demases.

Hizo su cuarto y le dió unas cuantas vueltas, despidiéndose. Bien, no se iría para siempre, pero sí por un buen tiempo. Aquellas cuatro paredes habían sido su refugio y dueñas de su comodidad a lo largo de sus jóvenes 17 años. Pasaron unos minutos antes de que un suspiro cortara aquella concentración y la hiciera salir de allí, cerrando la puerta tras de sí.

Bajó las escaleras y desayunó escuchando la televisión de fondo, pero pronto quedó apagado y como una música ambiental cuando comenzó la conversación con su madre. Claro, su padre ya se había ido a trabajar, pero le había dejado sus mejores deseos y dinero para el viaje. Oh, no. No lo vean tan mal. Un viaje con tantos preparativos previos tuvo una despedida y preparación más longeva. Toda esa semana discutieron en familia sobre el viaje. Advirtieron, sus padres, los peligros del viaje, la aconsejaron desde todos los aspectos y puntos pensados que consideraron apropiados. Sin mucho más saludó a su madre y salió de la casa -Obviemos detalles de abrazos y palabras de aliento.-.

Pero... ¿Cómo empezar aquella travesía sin un compañero junto a ella?Oh, no, claro que no lo haría sola. No iniciaría un viaje solo para experimentarse en acampar a la intemperie o conseguir raspones gratuitos. Como bien lo había planeado aquel sería un viaje para ser una perfecta entrenadora y eso ser+ia un objetivo imposible si no contaba con un pokemon inicial que la acompañara.

Caminó las pocas calles que separaban su hogar del laboratorio, feliz y emocionada, impaciente por tener a su pequeño y tierno amigo junto a ella de una vez. En el camino pensó en la posibilidades. ¿Fuego, Agua, Planta? ¿O acaso algo más "original" como Eléctrico, Piedra, lucha o normal? Ah... Qué decisión más compleja. Y su mayor problema era no tener un tipo especial por el cual sentir más simpatía...

Comenzó a desechar pensando en las posibilidades, logrando quedar con solo cuatro opciones: Fuego, representado por Torchic; Planta, representado por Treecko; Agua, representado por Piplup; y Eléctrico, representado por Pikachu. Todos tenían sus grandes ventajas. La mayoría pensaba en sus evoluciones y, uno, en su habilidad... Costó trabajo antes de eliminar a uno: Planta. Oh, amaba a ese pokemon, pero sus evoluciones tenían algunas ventajas respecto de los otros.

Fuego, Agua y Eléctrico. Eléctrico fuera. Buscar la opción fuera de lo "normal" no terminaría siendo otra cosa más que caer en el cliché. Y sí, su habilidad era apetecible, pero eso no compensaba las faltas de evoluciones teniendo en cuenta el largo camino que les quedaba siendo inicial.

Torchic y Piplup, entonces. Ah, eso sí que estaba reñido.

Llegó a la puerta del profesor y tocó un par de veces antes de pasar por paso sigiloso y pasos vergonzosos.

- B-Buenas tardes. ¿Profesor Rohan? -Preguntó con el timbre de voz tembloroso, estaba terriblemente nerviosa y eso jamás había estado en sus planes. en vista de que, aún, no había respuesta, siguió.- M-Mi nombre es Sabrina Hayes. Vine por mi pokemon inicial... -La duda asaltó nuevamente su mente, pero en pocos segundos quedó disipada por quien sabe cuál mágica razón.- ...un piplup macho de ser posible. -Concluyó, asombrándose ella misma de la rapidez con la que había disipado el difícil enigma.

Tema: Re: Y todo comienza... Sáb Nov 27, 2010 7:56 pm

Había aprovechado para dormir un poco, después de 11 horas seguidas calculando la formula de la evolución Pokémon, y así saber cómo hacerlos regresar a su estado anterior al revertir la misma.

Me desperté al escuchar una voz, pero como estaba demasiado cansado, me decidí por ignorar cualquier sonido y volver a dormir. No obstante, antes de regresar con Morfeo, escuché como la voz, la cual era de una chica joven, procedía de otra entrenadora esperando a su primer Pokémon.

-“¿Aún quedan entrenadores por venir?” – pensé, mientras me desperezaba y veía frente a mí a una chica, aparentemente nerviosa, que de golpe pidió un Piplup macho. – Curiosa elección… Está bien, sígueme.

Guié a la joven Sabrina hasta una puerta, la cual llevaba al largo pasillo de las salas. Cuando la cruzamos, llevé a la chica a la puerta de los Piplup, cuyo contenido era una especie de laguna congelada, con zonas heladas, donde los pequeños Pokémon pingüino jugaban con la supervisión de un Empoleon hembra, que era la madre de todos.

-Creo que nacieron todos machos, así que puedes coger el que más te guste de entre todos ellos. – dije, temblando ligeramente y cubriéndome el torso con los brazos intentando calentarme. – Que frío…

Tema: Re: Y todo comienza... Vie Dic 10, 2010 5:20 am

-Oh, gracias. -Masculló antes de dejarse guiar por el profesor unas salas más dentro del imponente laboratorio. Así, llegaron a un criadero bien ambientado. Observó con fascinación el pequeño sitio armado dentro del laboratorio. En verdad se especializaban en el cuidado de aquellas adorables criaturas.- Así que todos machos... Bien, entonces será más sencillo, ¿no? -Sonrió animada y se acercó con sigilo hacia donde estaba los pingüinos.- Hola pequeños... -Saludó con voz aterciopelada. La mayoría se estremecieron un poco, al parecer más con curiosidad que con miedo y mantuvieron una distancia prudente. Uno de ellos se acercó de modo simpático y un segundo le miró de modo desafiante.

- Aww, tú no me temes, ¿Verdad? -Preguntó de modo retórico hacia el pequeño frente ella permitiéndole acariciarlo bajo del pico. Le miró embobada en momento antes de notar el Piplup que le miraba de forma penetrante. Se enderezó y le devolvió la mirada, terminando por sonreír.- Aquel. -Señaló al pequeño gruñón, quien ladeó la cabeza sin deshacer su fruncido ceño.- ¿Puedo tomarlo? -Preguntó antes de acercarse y alzar al Piplup, quien intentó picotearle en primer instancia.- So, so, tranquilo. -Pidió entre risas, antes de voltearlo para dejar su pico fuera del alcance de su cuerpo.

Escuchó la observación del profesor respecto de la temperatura, y la verdad es que ella misma tenía frío, pero no quería mostrar debilidad frente al pequeño que tenía en brazos.- ¿Debo meterlo en una pokebola para templarlo? -Preguntó, dando pie para que el profesor le entregara los últimos artículos antes de marcharse. Sonrió y terminó de girarse hacia él, dando un simple paso. Estaba lista para salir de aquel frío sitio cuando el profesor dispusiera.